Entre los alimentos se encuentran los cítricos.
La visión borrosa es una de las principales problemáticas que pueden llegar a afectar a miles de personas. Esta situación genera inconvenientes en la agudeza visual y, a su vez, impide poder ver los pequeños detalles. Cuando a una persona le empieza a fallar la vista, en la mayoría de las ocasiones esto pasa desapercibido y no se le presta mayor atención, dado que los individuos suponen que es solo algo pasajero.
El portal web Óptica y Audiología Universitaria destaca el consumo de frutos cítricos para mejorar la visión. Este tipo de alimentos tiene un alto aporte en vitamina C. Específicamente este nutriente se encarga de producir el colágeno de alrededor de los ojos y ayuda a que absorban mejor el resto de vitaminas y nutrientes. Asimismo, se aconseja consumir este tipo de frutos para que los vasos sanguíneos de los ojos estén sanos y también para prevenir el deterioro macular y reducen el riesgo de que llegue a tener cataratas. Estos son algunos frutos recomendados:
- Limón
- Mandarina
- Naranja
- Pomelo
- Lima
“La naranja, la fresa y el kiwi contienen vitamina C que previene las cataratas y la vista nublada”, reseña la plataforma digital especializada Cuídate Plus. Un nutriente como la vitamina C es muy importante para la salud visual, pues evita la oxidación que lleva a la nubosidad en el lente del ojo.
Además de estos frutos, se destacan las propiedades de la zanahoria, un alimento que contiene betacarotenos, que se transforma en vitamina A, un nutriente que contribuye a la visión nocturna y ayuda a reducir las probabilidades de tener cataratas o degeneración macular. Entre otras cosas, también ayuda a que la retina funcione correctamente.
Algunos estudios han señalado que 100 gramos de zanahoria pueden llegar a cubrir más del 150% de las recomendaciones diarias de consumo de Vitamina A, por lo que es un alimento importante para la salud ocular, debido a que también previene las cataratas y la degeneración macular, que hace referencia a un trastorno ocular que destruye lentamente la visión central y aguda, dificultando la lectura y la visualización de detalles.